ANTIER WHITE VINTAGE 2012
Para su vinificación, la idea desde el principio consistió en apostar por una maceración pelicular, dejando el mosto en contacto con sus hollejos para tratar de mostrar todo el potencial de las uvas serranas en el vino.
La plantación masiva de variedades blancas a partir de los años setenta respondió a una creciente demanda de vinos blancos desde los pueblos vecinos. Estas viñas fueron injertadas previa selección masal de los viejos viñedos.
ANTIER RED VINTAGE 2012
El vino tinto está elaborado con las variedades Tinto Fino (Tempranillo), Piñuelo (Garnacha) y Rufeta, esta última de forma minoritaria.
En los viejos viñedos existe un surtido de variedades tintas pues, como marca la tradición, el ensamblaje está hecho ya en la viña. La variedad más relevante en esta parte de la sierra es conocida como Piñuelo, que parece ser una especialidad de la Garnacha (o al menos así creeemos), en cualquier caso muy bien adaptada a estos suelos serranos tras un largo proceso evolutivo. También otras variantes de la Garnacha se encuentran repartidas en viñedos todos ellos multivarietales. La uva Tinto Fina o Tempranillo, seguramente de más reciente presencia, encuentra su lugar en estas tierras, como también lo hace la elegante uva Rufeta. En el viñedo y su entorno también lo están los olivos y frutales de las pequeñas parcelas y los robles, castaños, jaras, brezos y escoberas que aportan su carácter al resultado final, un vino serrano de marcada personalidad.